Pinturas de figuras femeninas, Albert Moore

Albert Moore, conocido por sus representaciones de figuras femeninas lánguido conjunto contra el lujo y la decadencia del mundo clásico, era el más joven de los catorce hijos del artista William Moore, de Nueva York que en la primera mitad del siglo 19 gozaba de una reputación considerable en el norte de Inglaterra como pintor de retratos y paisajes. En su niñez Albert Moore mostró un amor extraordinario del arte, y como él se animó en sus gustos por su padre y hermanos, dos de los cuales después se hicieron famosos como los artistas, John Collingham Moore y Henry Moore, y fue capaz de iniciar la actividad el ejercicio de su profesión a una edad inusualmente temprana.

 

Sus primeras obras exhibidas fueron dos dibujos que envió a la Royal Academy en 1857. Un año más tarde se convirtió en un estudiante en la Royal Academy Schools, pero después de trabajar en ellos durante unos meses sólo se decidió que sería más rentable ocupado en la práctica independiente. Durante el período que se extendió desde 1858 hasta 1870, cuando produjo y exhibió muchos cuadros y dibujos, se dio por vencido gran parte de su tiempo al trabajo decorativo de diferentes tipos, y pintó, en 1863, una serie de decoraciones murales en Coombe Abbey, el sede del conde de Craven, en 1865-1866 algunas de las composiciones elaboradas: La Última Cena y la alimentación de los cinco mil en las paredes del presbiterio de la iglesia de St. Alban, Rochdale, y en 1868 una obra griega, un panel importante en temperatura para el proscenio del Teatro de la Reina en Long Acre. 
Su primer lienzo grande, sacrificio de Elías, se completó durante una estancia de unos cinco meses en Roma a principios de 1863, y apareció en la Academia en 1865. Una imagen aún más grande, La sunamita sobre las Glorias del rey Salomón a sus criadas, se exhibió en 1866, y con ello dos pequeñas obras, albaricoques y granadas. En estos Albert Moore afirma claramente la convicción de que la técnica especial para el resto de su vida regía el conjunto de su práctica, y con ellos por primera vez tomó su lugar sin duda entre los más originales de pintores británicos.